viernes, 28 de octubre de 2011

Programa ESENCIA UNIVERSITARIA Radio



Les compartimos la emisión de ESENCIA UNIVERSITARIA Radio correspondiente al 29 de Octubre de 2011 trasmitida por XEUDO 820 de AM a las 10.30 a.m.
Programa producido por el Taller de Radio del programa educativo de Ciencias de la Comunicación, con la colaboración de los alumnos: Ana Ileana Mariscal, Denisse Liera, Sergio Luis Enríquez, Iván Báez,Nuria Ojeda, Claudia Cortes, Antonia García, la Coordinadora de Producción Karina Hazel López y todo bajo la dirección del Lic. Camilo Díaz Luque

jueves, 27 de octubre de 2011

Celebración de Aanimam Miguayo (Visita de las Ánimas)

Como parte de las actividades del Programa de Apoyos Académicos a estudiantes indígenas, se celebró el Aanimam Miguayo o Visita de las Ánimas, de la tradición Yoreme-Mayo autóctona sinaloense. Esta actividad cultural  fue organizada por la Unidad de apoyo a estudiantes indígenas de la Universidad de Occidente Unidad Los Mochis, a cargo de la Lic. Alba Mireya Bodart García y se realizó en la explanada jardín de los edificios Ay B.
Se colocaron varios de los denominados Tapancos, para recordar a los fallecidos en la víspera de la celebración del día de los muertos. El tapanco se construye procurando que una de las esquinas de la plataforma, quede hacia el oriente (este, salida del sol por el horizonte).  En esta esquina se coloca una pequeña cruz de palma, con con una de sus caras "viendo" hacia el mismo rumbo oriente. La cruz es una representación de los cuatro rumbos del universo, oriente donde sale el sol y es donde van las ánimas. Poniente, sinónimo para nuestros ancestros de muerte, oscuridad. Sur, el viento y norte el agua. Se pone un vaso con agua y una cruz de cenizas y veladoras. Flores naturales finalmente, el tapanco queda a cielo abierto "para que el ánima baje con libertad, a disfrutar de los alimentos" ofrecidos por sus familiares.

Estos alimentos, son colocados sobre las plataformas del tapanco y deberán ser los que gustaban en vida al difunto y que normalmente eran calabazas y diversas frutas de la región, elotes, tamales, caldo de hueso, café negro, tortillas y bule con agua. Algunos de estos alimentos deben estar calientes a la hora de colocarlos

Durante el evento se presentaron un oficio Pascola y Venado, para recibir a las ánimas. Los músicos, cantadores de venado y pascola tocando tres sones de pascola , tres cantos de venado y tres sones de tambor y flauta, recorriendo tapanco por tapanco (ofrendas) en donde se ofrecen los alimentos del gusto de los difuntos.

Se ofrecieron también a los asistentes alimentos tradicionales Yoremes como tamales de elote y de masa con verduras, de dulce, guacavaqui (cocido tradicional a base de distintos tipos de carne, elote, garbanzos, calabaza de castilla y zanahoria. Se sirve en platos de sopa, el elote aparte (con limón y chilito), se acompaña con tortillas de maíz, chiles verdes asados y salsa picante, pan de mujer, coricos, cubierto de calabaza, atole de pinole y el tradicional Lechatole, entre otros.

lunes, 17 de octubre de 2011

La intervención de los Derechos Humanos en los casos de violencia intrafamiliar

Ana Lourdes Izábal Ochoa

La violencia intrafamiliar es una problemática vivida en el país que ha recibido con los años especial atención. Resulta ser el producto final de un sinfín de elementos propios de la sociedad actual en el cual intervienen los papeles que desempeñan la familia, la cultura, la educación y los aspectos económicos y de clases sociales.
Cuando se reflexiona el tema de la violencia intrafamiliar y sus orígenes se habla de una concatenación de costumbres propias de los senos familiares, así cuando se estudian casos donde las mujeres son agredidas por sus parejas es común encontrar un antecedente de violencia en la vida familiar del agresor o antecedentes donde la mujer agredida no puede separarse de su agresor porque teme no encontrar otra pareja,es pues, una sucesión de costumbres aprendidas casi de una forma conductista donde los individuos son dominados por la propia mente provocando reacciones carentes de razonamiento. Estas condiciones de violencia (que son propias de los senos familiares y en las cuales intervienen las costumbres que los progenitores inculcan a los hijos directa o indirectamente) se pueden desarrollar en ambientes donde no se dan los elementos que son necesarios para el desarrollo integral de los individuos (educación, estabilidad económica, estabilidad emocional) o en ambientes donde a pesar de contar con dichos elementos se recurre a una conducta agresiva como reacción a eventos traumáticos no tratados en el pasado.
Para abordar esta problemática explicaré las dos perspectivas antes mencionadas, la primera en la cual la violencia puede ser entendida como un producto de la descomposición social y la segunda como resultado de las experiencias traumáticas propias del individuo y por último la intervención de los Derechos Humanos como herramienta para resolver las consecuencias que la violencia tiene sobre los individuos.
La violencia como producto de la descomposición social

Cuando hablo de la descomposición social hago referencia a las condiciones a las cuales los individuos deben enfrentarse dentro del seno social y que son parte de la realidad nacional, así tenemos en primer lugar (por ser lo más común) todas las cuestiones relacionadas a la economía de los individuos y las limitaciones que esto les presupone, es decir la clase económica y social a la que pertenecen. En este punto se está hablando de las consecuencias sociales que tiene la pobreza vivida en México y de forma delimitada, en nuestro estado. Entonces se podría entender que la violencia se origina con mayor frecuencia en los ambientes donde es necesaria su aplicación porque es un requerimiento para sobrevivir, la violencia se vive en todas partes, de muchas formas, porque el mismo núcleo social lo demanda. La violencia se da en las calles, en los grupos, en las instituciones educativas y por lo tanto también en las familias.
Cuando hablamos de la violencia y su origen como consecuencia de la descomposición social también compete el análisis del papel que la educación y la cultura juegan. En el contexto que antes mencioné donde los individuos utilizan la violencia recurrentemente como método de sobrevivencia, es poco común que la educación tenga un rol trascendente ya sea porque los programas de educación ofrecidos por el Estado resultan ineficientes e insuficientes o porque no se tiene el capital para recibir educación privada. Cuando la educación se ve desplazada a un segundo o tercer plano en la escala de importancia, también se está desplazando la oportunidad de que los individuos desarrollen los aspectos filosóficos, teóricos y hasta espirituales que les permitan un mayor entendimiento de las condiciones del mundo y de la vida y por lo tanto las alternativas para mejorarlos. En este apartado cabe mencionar las costumbres que los individuos (en su mayoría jóvenes) están adquiriendo en la sociedad sinaloense en la actualidad debido a la falta de importancia que estos le prestan a la educación (y las partes disfuncionales de la educación institucional) y que dejan como consecuencia que la violencia, la brutalidad y la deshumanización aplicados en todos los grupos en los que se desarrollan se vayan aceptando como correctos debido a la repetición y la cotidianidad de los mismos. Aquí intervienen muchísimos otros elementoscomo el poder de los MMC y otras industrias pero en las cuales no profundizaré en esta ocasión.
De manera concluyente, podríamos decir que la violencia intrafamiliar se origina y se alimenta en el núcleo de la clase social media y baja de nuestro país, donde abundan la delincuencia, la falta de comida, la falta de salud física y mental y donde las bases que permiten que los individuos se desarrollen íntegramente y que pueden permitirles reconocerse como seres independientes, capaces y libres simplemente permanecen ausentes.

Otros aspectos a analizar en la cuestión del origen de la violencia intrafamiliar
El estudio del comportamiento del hombre es tan complejo  debido al sinfín de elementos que lo integran, así, al hablar en este caso de la problemática de la violencia intrafamiliar no se puede estudiar únicamente los aspectos sociales que lo componen puesto que se trataría de comprender una estructura de manera general sin antes comprender la complejidad de sus partes.
El paradigma vivido en una relación violenta está cimentado en primera instancia en las condiciones psicológicas y mentales de los individuos que la conforman, es decir, que cuando analizamos un caso de violencia intrafamiliar (como el estudiado en el material de apoyo) no solo se debe recurrir al entendimiento de las circunstancias sociales o económicas en la que los sujetos se desarrollaron sino también los orígenes psíquicos que pudieron haber desarrollado dichos comportamientos. Es gran medida un círculo vicioso, porque los individuos pueden verse afectados psicológicamente por las condiciones sociales, económicas y familiares en las que viven y el hecho de seguir sumido en dichas condiciones se puede deber al desequilibrio del desarrollo mental y psicológico de los individuos.
Por ejemplo, imaginemos que un individuo nace en un seno familiar económicamente estable donde se le brindan todos los elementos necesarios para su desarrollo (buena alimentación, educación, salud, etc.) pero que en el transcurso de dicho desarrollo un evento traumático por ejemplo la ausencia de la figura paterna, ocasiona que se desarrolle una conducta agresiva debido a la represión de las emociones. Sería entonces como lo sostenía Sigmund Freud en sus estudios de la histeria donde la represión de recuerdos de eventos traumáticos provocaba en los individuos conductas que de manera consciente no podía comprender y que por lo tanto no podía encontrar una solución porque se desconocía el origen (aunque debo aclarar que la histeria estaba relacionada a las represiones sexuales vividas en la primera etapa de la infancia y cuyas reacciones eran tanto físicas como mentales, por lo tanto podríamos comprender que una mujer que no pude dejar a un hombre que la golpea puede padecer histeria debido a la búsqueda de concluir la relación que sostuvo con su padre a temprana edad y que se vio interrumpida). ¿Será así mismo que las medidas de prevención de violencia intrafamiliar no resultan efectivas porque se está prestando suma importancia a las condiciones externas, a los resultados, a la parte funcionalista y no al análisis y comprensión de lo que los individuos somos por esencia?

Intervención de los Derechos Humanos en los casos de violencia intrafamiliar
En base a los derechos que por naturaleza se brinda a los individuos y que se establecen en la declaración de Derechos Humanos, en los casos de violencia intrafamiliar se viola su derecho a su seguridad como persona (Art. inhumanos (Art. 4). En ocasiones, los individuos consideran que tales derechos solo se ven ultrajados en circunstancias donde sujetos ajenos a su vida personal intervienen y no consideran que sus parejas, familiares o conocidos estén violando dichos derechos por el hecho de la relación emocional y de parentesco que sostienen. Es por ello que a diferencia de otros casos donde los Derechos Humanos se ven violados en circunstancias donde los individuos no mantienen relaciones emocionales con aquellos que los violentan, la dificultad para tomar medidas sobre el asunto resulta menor.
En conclusión es de suma importancia que las medidas que se toman por parte de las diferentes instituciones que tratan el problema de la violencia intrafamiliar sean de carácter integral y complejo. No se puede pretender que dicha problemática se va a resolver desde su fase final y no desde el núcleo que es todo lo que en este trabajo se menciona. Así mismo, los individuos necesitan conocer y comprender sus derechos como seres humanos y la asesoría necesaria para ejecutar dichos procedimientos de manera eficiente. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Crónica: Defeños por una semana

Por Jorge Esteban Herrera

     En los nuevos medios de comunicación, las redes sociales se han convertido en una plataforma que exhibe las intimidades del usuario. Los discursos gozan del la incoherencia que sólo el azar produce. Por la mañana uno lee que algún amigo(a) descubre que los planetas se han alineado en secreto y le brindan un panorama alentador; por la tarde, nos enteramos que el raro fenómeno planetario, únicamente duró algunos minutos y pronto la vida de nuestro interlocutor perdió esa felicidad.

     La tarde del 5 de marzo, mi cuenta de Facebook se había congestionado de notificaciones. No se necesitaba revisar todas para saber sobre qué versaba cada una de ellas: el viaje a la ciudad de México; aunque se trataba de un viaje de estudios, cuyo objetivo principal era visitar las televisoras de la capital mexicana, muchos se dieron a la tarea de asignarle, a la visita, una serie de objetivos específicos; de pronto, aparecían tours a lugares cuya distancia se medía en horas.

      Cerca de las 10 de la noche aparecían mensajes cada vez más efusivos: había un deseo irrefrenable por ya estar a bordo del camión y enfilar al centro del país. Esa fría noche de marzo, algunos pudieron sacar el perímetro y el área del techo de su cuarto, en espera de que el cálculo mental los direccionada hacia el sueño y acortara las horas para emprender el viaje.

     Al día siguiente, a las 8 de la mañana, nos debíamos reunir en la universidad. Antes de irme, revisé Facebook, esperando encontrarme con comentarios que testificaran que mis compañeros habían vencido al sueño; lo que me encontré me sorprendió más. Algunos aceptaron que dormir era un estado, que esa noche no entraría en ellos y decidieron improvisar un concurso de fotografía. El ganador sería el que saturada la imagen con más elementos en forma de equipaje. La competencia fue reñida. Las maletas, bolsas y mochilas, clarificaban que iban al viaje con la preparación de un explorador inglés. Una de las fotos mostraba una enorme y abultada bolsa que estaba apunto de desgarrarse. Lo más seguro es que llevaban tanques de oxígeno. Los 2240 msnm de la ciudad de México era un dato de sugestión respiratoria.

    Otras maletas mostraban elementos amorfos, (posiblemente) únicamente comprensibles para exponentes del cubismo. Debajo de unas de esas fotos, había un comentario que se aventuraba a vaticinar que dentro de la maleta había un microondas, comida congelada y tortillas. La suposición era tan coherente, como suponer que la mayoría tenía una enorme desconfianza gastronómica hacía las comidas del centro del país. La idea de cambiar el matiz blanco de las tortillas de la región, por el maíz iridiscente de la capital; en extremis, comer bollillos, tortas de tamal, quesadillas de flor de calabaza, y caldo tlalpeño les asustaba.

     Al llegar a la escuela, el maletero del autobús comenzó a congestionarse de equipaje. Se volvió todo un desafío de la física mecánica, el que ese coloso con ruedas pudiera moverse. Los choferes del camión lo intuyeron y algunas maletas terminaron con el sello verbal de “favor de regresar al remitente”. No había espacio para que el viaje a las televisoras, cambiara de nombre a “odisea por la capital”

     Una hora fue más que suficiente parámetro, para esperar a los que faltaban y también evidenciar que el termómetro ambiental se elevaba. Era momento de partir.

     A las afueras de una caseta de peaje, además del olor a tabaco, se respiraba el de las sales marinas. Había un doble signo inequívoco en lo que nuestra nariz percibía: llevábamos tantos kilómetros recorridos como para estar muy cerca de Mazatlán. Ahí sería la primera parada.

     Llegamos a la ciudad,  y nos dieron 2 horas para comer. Cuando entramos a la plaza deambulamos hasta 3 veces por los locales de comida. Todos los menús nos parecían insaboro. Necesitábamos de un platillo lo suficientemente jugoso como para que a los días nos recordara que no habíamos perdido el sabor de la comida del estado.

     A mitad de la comida, unas muchachas nos entrevistaron acerca de nuestros hábitos alimenticios. Se presentaron como alumnas de la Escuela superior de las Bellas Artes. No nos sorprendió que nos cuestionaran por nuestra torpeza para alimentarnos y de no tener la pericia nutricional, como para medir cuantas kilocalorías y proteínas ingeríamos, sino que el nombre de Bellas Artes venía a buscarnos hasta ese lugar. Era un recordatorio que al día siguiente estaríamos a unas cuantas calles de distancia.

     Un leve momento de silencio nos permitió darnos cuenta que nuestra conversación no se sincronizaba con la de las personas de la plaza. La de nosotros obedecía a la gramática de los verbos en futuro; ellos conjugaban en tiempos verbales a la italiana: il futuro prossimo.

     Esa misma noche, el puerto se iluminaría en medio de un juego de luces carnavalescas, acompasado de música de banda, para coronar a la reina del carnaval. Mientras que para esas horas, nosotros estaríamos en algún lugar únicamente localizable con GPS.

     Nos despedimos de Mazatlán, viendo como las fotos de las candidatas a reina se perdían en la distancia. Después de ver esos rostros, lo único que nuestras pupilas apreciarían, sería el relieve de la carretera.

     Pasaron varias horas, y el horizonte sufrió la metamorfosis que sólo el día exhibe. Al entrar a Nayarit, el cielo se había teñido de un color salmón; 1 hora después, todo estaba oscuro. Cerca de las 11 de la noche, llegamos a Guadalajara. Nos acercamos a una carreta a cenar. Había tacos de carnitas, coca cola en envase de vidrio con un tamaño desconocido; a lo lejos, alguien sacaba un cigarro de una cajetilla con la figura de un círculo rojo. Estábamos muy lejos de casa.

     Cuando la luz del autobús se apagó, todos comprendieron que lo único que se podía hacer era dormir. Nadie creyó lo contrario. La relativa calma fue acompañada del ruido del camión, que resultaba arrullador. Al poco tiempo de haberme dormido, desperté. Seguíamos en Guadalajara. El insomnio había entrado en mí. Lancé la vista a la ventana y vi una ciudad repleta de iluminación artificial. Circulamos por avenidas que perdían su orientación rectilínea para ascender una pendiente, al mismo tiempo que se podía observar cuesta abajo, una vasta ciudad repleta de incontables luces. A los 30 minutos, la monotonía lucífera había generado la sensación de que el tiempo se detenía. El recorrido se prolongaba una y otra vez. Las calles con tendencias de montaña rusa se habían convertido en un recorrido cuya culminación era incierta. Muy pocos alumnos seguían despiertos; los que lo estaban, cerraban los ojos aferrándose a un sueño disímil.

     Observé una caseta de cobro, y a los minutos volví a verla. Pensé en un deja vu. Una voz que salía de la caseta daba las buenas noches de la misma manera que 15 minutos antes la había pronunciado. Nos habíamos perdido y regresábamos al mismo lugar. El extravío era aviso que en el D.F. nos sucedería lo mismo.

     La persona de la caseta dio las indicaciones de cómo salir de la ciudad. El autobús tomó una ruta que me resultó desconocida. Era la correcta. El sueño se presentó en el instante que nos apartábamos del laberinto vial y enfilábamos al centro del país.

     Nos despertamos con una sensación de haber escalado montañas con movimientos de sonámbulo. Una gélida niebla cubría la ciudad en turno. El aire se respiraba diferente. Una voz dentro del camión vociferó que nos encontrábamos en Querétaro; en un OXXO, un periódico corrigió la vaga ubicación: Santiago de Querétaro, la capital. La geografía apreciable a la distancia, informaba que nos faltaba ascender 1000 metros de altura para llegar a nuestro destino. Alguien le preguntó al profesor Camilo cuántas horas faltaban. Con el reloj de la experiencia predijo entre 3 o 4.  A muchos el rostro se les heló aún más; mientras que para la mayoría era un tiempo confortable para dormir otro rato.

     Por un momento imaginé la escena, de algunas compañeras preguntándole a Camilo, cada 500 metros cuánto faltaba para llegar al D.F. No se presentó tal cuestionamiento; probablemente ésa fue la razón para que el viaje se hiciera rápido.

     Asimilamos nuestra llegada a la ciudad de México, cuando la parsimonia de un tráfico inacabable frenó al autobús. En un período de poco más de 1 hora, muchos de mis compañeros se sintieron atrapados en un ambiente vehicular del que sólo conocían por los noticieros matutinos. Por las ventanas se podía ver todo menos movimiento.

martes, 4 de octubre de 2011

Rinden protesta nuevos Jefes de Departamento Académico y Coordinador de Programa Educativo



Ante la presencia de autoridades de esta Unidad, tomaron protesta los nuevos Jefes de los Departamentos Académico de Ciencias Sociales y Humanidades y de Ciencias Económico-Administrativas, así como los Coordinadores de los Programas Educativos de Ciencias de la Comunicación, Contaduría y Finanzas, Ingeniería Industrial y de Sistemas, Psicología  y Mercadotecnia.
Los nuevos funcionarios se comprometieron a servir a esta Institución con responsabilidad y compromiso, cumpliendo así los estatutos de la Ley, así como los reglamentos y políticas que rigen a nuestra Universidad.
El protocolo estuvo bajo el mando del M.C. Hussein Muñoz Helú, Director de esta Unidad, y teniendo como testigos al Sub-Director Administrativo Lic. Wilfrido Ruiz Cota y a la M.C. Gisela Cota Yucupicio, Sub-Directora Académica.
Quienes rindieron juramento en estos nuevos cargos fueron: la Lic. Edna Karina Miranda Mondaca, en la Jefatura del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades y el M.C. César Efraín Soto Serrano, en el Departamento de Ciencias Económico-Administrativas.

Por su parte en las Coordinaciones de Programas tomaron protesta  el M.C. Medardo Xavier Huizar Leal en Ciencias de la Comunicación, la M.C. María Teresa Sánchez Gaxíola en el Programa Educativo de Mercadotecnia, la Lic. Juana Judith Sánchez en Psicología,  la M.C. Marcia Beatriz Cuadras Valenzuela en el Programa de Ingeniería Industrial y de Sistemas, y la M.C. Ofelia Alvarado Morales en Contaduría y Finanzas.