Por Leobardo Cornejo M.
Hace 25 años impartimos clases en unos salones improvisados en esta Universidad de Occidente, Los Mochis, en el edificio de Leyva y Obregón. Los salones estaban divididos por tabla roca y no había aires acondicionados, menos minisplits. Solamente había abanicos de techo. Era un excelente ambiente de trabajo, parecíamos la familia UdeO. Todos nos apoyábamos. La amistad y la camaradería daban lo mejor de si mismas en los integrantes de aquella incipiente Universidad Lo que hoy se conoce como coaching, nosotros lo hacíamos en la práctica de una manera cotidiana. Éramos pocos profesores, pero siempre alegres, entusiastas y activos. Julio Ibarra dirigía la gran universidad con su particular estilo de dejar hacer, y premiar a quien hiciera un plus en algunas cosas. No se metía demasiado con la Academia, pero la respetaba como buen egresado de
En Comunicación estuvimos un equipo a prueba de todo: Jorge Gastélum impartía varias asignaturas cuando recién egreso de la carrera, es más no se la creía que iba a ser profesor de Televisión, Audio visuales y Fotografía. . Blanca Menéses se incorporó, y apoyó en diversas asignaturas como Comunicación, Diseño Gráfico, Redacción, con su estilo muy humanista. Minerva Huizar empezó a colaborar impartiendo Antropología Social, Psicología Social, y otras; y discutíamos, desde entonces, porque Hoy, la mayoría de la planta docente tiene Maestría, en aquel tiempo sólo yo tenía el grado. No obstante, ahora, seguimos trabajando con aquel entusiasmo, y ganas de sacar adelante todos los proyectos educativos que se vayan presentando. Aprovechamos la oportunidad para felicitar al Rector de la ahora Gran Universidad: MC. Aarón Sánchez, pues ha puesto el dedo en la llaga de la investigación, y consideramos que su papel hasta el día de hoy es muy significativo, para el avance de ésta Universidad. Todos los rectores han contribuido al desarrollo tecnológico de ésta Universidad, pero el actual Rector lo está haciendo en una forma muy loable, pues en los tiempos que vivimos la investigación es el arma modular del cambio, y él lo sabe.
Estamos, solamente, en espera de lo que podemos considerar imprescindible para triunfar, la consolidación del saber hacer, como dice Levy: en la inteligencia tecnológica.
Así, pues no daremos pasos en el vacío, sino que haremos propuestas para lograr cambios verdaderos en nuestras comunidades sociales.
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