Jason Bretzmann enseña en el “Colegio de Secundaria Muskego”, en Wisconsin, USA. Es también presentador y consultor a nivel nacional, creador del Bretzmann Group y coautor del libro “Flipping 2.0; estrategias prácticas para invertir su clase”. Comuníquese con él por Twitter: @jbretzmann |
Michele Garabedian Stork, EdD, es profesora asistente de tecnología educativa (TIC) en la escuela de Educación de la Costa del Golfo, de la Universidad de Fort Mayers, Florida, USA. Previamente trabajó durante 10 años como administradora escolar con foco en tecnología (TIC).
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Cuando yo estaba en la escuela primaria los maestros nos daban esos teléfonos verdes grandes y de disco que en realidad funcionaban y nos mandaban, en pequeños grupos por los corredores, para que practicáramos cómo se llamaba y contestaba correctamente un teléfono. Recuerdo estar sentado en el aula esperando a que algunos de mis compañeros respondieran mi llamada. Esto funcionaba más o menos así:
Suena el timbre. “Aló?”. “Hola, ¿puedo hablar con David?” Espere. Luego escuche la respuesta: “Hola este es David” y a continuación se iniciaba la conversación.
Es posible que mis padres me estuvieran enseñando esto mismo, como debían hacerlo; pero yo estaba aprendiendo en el colegio a usar adecuadamente el que en ese entonces era la red social. Ni mi maestra, ni las que tuve luego, me bloquearon su utilización. Lo que si hicieron fue enseñarme cómo usarlo.
Imagínense si ellos se hubieran preocupado solamente de todas las personas a las que algún día se les pudiera preguntar si sus refrigeradores estaban funcionando adecuadamente. En lugar de eso decidieron usar su posición como docentes para enseñarme la forma correcta para usar la tecnología del momento y luego confiaron en mí para que me aventurara e interactuara adecuadamente con el mundo.
Con seguridad, ahora los riesgos son mayores y el alcance y presencia tanto de las redes sociales como del resto de Internet, puede parecer abrumador. Pero, ¿no deberíamos todavía estar enseñando buenas prácticas y expectativas? Y, ¿no deberíamos estar enseñando de qué manera se puede aprovechar todo el potencial de las redes sociales y de Internet para usarlos positivamente?
A veces pienso que somos como el pájaro de ficción que yo llamo “e-stritch” Metemos nuestra “e-cabeza” en la arena y pretendemos que no está pasando nada alrededor de nosotros; que nada malo puede pasar si lo ignoramos. Bloqueamos Twitter, Facebook, Vine, Google, Hangouts, YouTube, Pinterest y otros. Suponemos que nada pude salir mal porque están bloqueados y porque tenemos una política al respecto.
También los estudiantes tienen una política y ésta es que cada que quieran y desde el lugar en el que se encuentren, van a encontrar la manera de acceder a Internet (usan los hashtags #4G#fullbars).
Nuestro trabajo es ponernos a disposición para ayudar, guiar y aún proteger a nuestros estudiantes. Así que destinemos tiempo para pensar cómo planear esto y enseñémosles cómo usar el Internet efectivamente. Convirtámonos en instituciones que educan y en maestros que enseñan. Ayudemos a que nuestros estudiantes hagan buenas escogencias. Pongamos las herramientas en sus manos y enviémoslos a los corredores para que practiquen su uso adecuado, de esta forma estarán preparados cuando se enfrenten al mundo real.
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A las Instituciones Educativas que atienden todos los grados escolares y que reciben fondos provenientes de “E-Rate” se les exige tener un filtro interno. Los colegios no tienen necesariamente que usar “E-Rate”, pero definitivamente, ellos quieren hacerlo. Este programa, que se administra bajo la supervisión de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés), ofrece descuentos hasta del 90% en el acceso a Internet a instituciones educativas elegibles. Y de acuerdo con el sitio web de la FCC, prácticamente todos los colegios que atienden todos los grados escolares cuentan ahora con acceso a Internet gracias a los fondos de “E-Rate”.
Uno de los requisitos de “E-Rate” para dar la provisión de fondos a una institución es que esta debe acatar el “Acta para la protección de los niños en Internet” (CIPA, por su sigla en inglés), que ordena a las Instituciones Educativas emplear “una tecnología específica para bloquear o filtrar el acceso a Internet”. A los menores se les debe bloquear el acceso a imágenes obscenas o cualquier otra cosa que exhiba pornografía infantil y las instituciones deben monitorear las actividades en línea por parte los menores cuando usan el Internet en el colegio.
Sin embargo, hay buenas noticias para los que argumentan que no se puede enseñar ciudadanía digital en el vacío. Los requerimientos de CIPA se actualizaron en Julio de 2012 para demandar además que las Instituciones Educativas establezcan una política para la seguridad en Internet “ofreciendo para la educación de los menores la enseñanza del adecuado comportamiento en línea, incluyendo en este, la interacción con otras personas o en los sitios de redes sociales, en “chat rooms”, además de estar atentos al ciberacoso (ciberbulling) y como responder a este”.
En una entrevista del Departamento de Educación de los Estados Unidos, de Abril del 2011 (), la directora de tecnología educativa Karen Cator y la editora de MinsShift, Tina Berseghian, intentaron clarificar los requisitos referentes a los filtros para Internet que inciden en la elegibilidad de “E-Rate”. Cator hizo aportes importantes respecto al uso de filtros de Internet en las Instituciones Educativas. Primero, hizo referencia a que los filtros muy amplios no son útiles. Los filtros de Internet no deben bloquear sitios completos; por ejemplo, YouTube, todos los de redes sociales o cada sitio que entre sus ofertas tenga un juego, pues muchos de ellos tienen contenidos educativos valiosos. Segundo, dijo que no se debe bloquear sitios Web a los profesores, así como CIPA no demanda el filtrado para adultos. Cantor añadió que las instituciones deben levantar el bloqueo de cualquier sitio que los docentes consideren apropiado y útil para usarlos en el aula.
Los filtros de Internet protegen a los menores de acceder a contenido inadecuado, permiten a las Instituciones Educativas continuar siendo o convertirse en elegibles para recibir los muy necesarios recursos de “E-Rate” y ofrece a los padres, la comunidad y los interesados en la educación, una sensación de seguridad. Las instituciones que aceptan las condiciones de CIPA como parte de su elegibilidad por parte de “E-Rate”, de todos modos deben enseñar ciudadanía digital y permitir a sus estudiantes el acceso a redes sociales y a sitios de juegos cuyos contenidos tengan buenos recursos educativos.
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CRÉDITOS:
Traducción al español realizada por EDUTEKA del artículo “Is It Time to Stop Filtering the Internet at School?” escrito por Jason Bretzmann & Michele Garabedian Stork. Fue publicado en la edición de Enero de 2014 de la revista Learning & Leading with Technology; ISTE (International Society for Technology in Education).
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