La represión al periodismo sinaloense tiene marcas indelebles por los asesinatos cometidos al gremio y que han quedado en la impunidad, se habló de una iniciativa de ley del gobernador llamada “Periodismo de alto riesgo” con la intención de darle un acuerpamiento integral en el sentido de evitar y prevenir los riesgos propios del oficio. Hasta donde se sabe la propuesta ha seguido la ruta del olvido, ya que solo sirvió como cortina de humo mientras se “enfriaba el terreno” de la opinión pública y de la presión de este sector.
Con la captura del “Chapo” Guzmán, al gobierno estatal le saltó una eclosión de un fenómeno sociocultural inesperado, que son las marchas a favor de este cabecilla del crimen organizado, las que tienen un significado negativo a la imagen de las autoridades gubernamentales. No bastó la incapacidad pública de evitar esta movilización sui generis, sino en un acto de barbarie las fuerzas policiacas arremetieron contra los manifestantes a los cuales encarcelaron y golpearon físicamente, hasta disparos al aire se efectuaron, por fortuna sin mayores consecuencias.
Una de las cosas graves fue la agresión a los periodistas que cumplían con su trabajo de tener informada a la sociedad de una manera objetiva y ética. Los agentes violentaron a una camarógrafa del periódico Noroeste y la despojaron de su celular así también le arrebataron una cámara a un fotoperiodista, le borraron las imágenes del evento lo tiraron al suelo, lo patearon, lo insultaron y lo amenazaron de muerte. Ante el cuestionamiento de los mass media por la violencia policiaca injustificada a una manifestación ciudadana, que aunque equivocada por reivindicar a un icono delincuencial, esta dentro de la libertad de expresión, la respuesta institucional fue:
a) La suspensión de seis policías y puestos a disposición de la procuraduría general de justicia para que continúe el proceso de deslindar responsabilidad.
b) Por otro lado el secretario general de gobierno envió un comunicado pidiendo disculpas públicas por la agresión a los periodistas, pero que fue una provocación de los jóvenes manifestantes a los agentes policiacos, pues les tiraron proyectiles, piedras, agua y no tuvieron el suficiente control para contenerse.
c) Por ultimo la posibilidad de una sanción administrativa a los que resulten culpables.
¿Cuál debería ser la ética gubernamental?
De entrada ser autocríticos y aceptar que se equivocaron a los que en la cadena de mando ordenaron la dispersión de la manifestación, independientemente de sus demandas equivocadas, ya que es un derecho constitucional la libre expresión. Castigar penalmente a quienes agredieron a los periodistas y no con sanciones administrativas que solo vengan a proteger en forma subrepticia a los transgresores policiacos que se caracterizan por violentar los derechos humanos.
Una mayor capacitación de los grupos policiacos en el manejo y control de turbas para no caer en situaciones que puedan provocar tragedias colectivas y que en este caso no pasó a mayores, denotando la falta de experiencia y de entrenamiento. Una concepción ética, pragmática y utilitaria enrumbe a tesituras basadas en criterios egocéntricos en donde lo que me es útil les es útil a los demás; el gobierno estatal debe apoyarse en valores éticos y políticos como son la tolerancia, la pluralidad y la democracia donde haya respeto a la ciudadanía, cuando en política se enajena la ética, las acciones políticas pierden fundamento moral, por tanto el bien común se hace trizas, la felicidad colectiva desaparece y lo bueno como máxima aspiración de la colectividad se transforma en caos. Por ello no se debe de caer en un reduccionismo donde la cuestión ética se reduzca a intereses de grupos políticos.
Cuando se hace uso de la violencia institucional sin un marco jurídico del estado de derecho; el poder político se convierte, de facto, en coercitivo, abusivo y alienante tendiente a la tiranía; por poder debe de instrumentarse para gobernar bien, para la búsqueda de la defensa y los intereses de la ciudadanía, para la aplicación de la justicia social y no para convertir a nuestra sociedad en una anomia del darwinismo. El periodismo sinaloense se encuentra entre dos fuegos cruzados, por un lado el crimen organizado que a nivel nacional y estatal a hostigado al gremio, que deja en una indefensión al periodista al considerarse como una de las profesiones mas peligrosas en la actualidad.
Afortunadamente y a pesar de las amenazas de muerte a los medios impresos, la ética de los valores profesionales periodísticos siguen vigentes a la praxis de una minoría, que son luchadores de la libertad de pensamiento y de una honestidad a prueba de fuego. Para evitar en la medida de lo posible la corrupción periodística es necesario la configuración de una organización laboral implementando un contrato colectivo de trabajo que permita una estabilidad y protección contra los embates internos y externos de despidos injustificados y agresiones físicas. Esto será una contención a la descomposición moral del gremio y le dará mayor seguridad para el cumplimiento de su oficio.
Solo un periodismo veraz y comprometido socialmente podrá construir una sociedad critica, participativa y propositiva en “la cosa pública”, donde los valores de la ética social sea la democracia, la pluralidad y la justicia y no la mendacidad y corporativismo estatal la que destruya con la violencia lo que queda de legitimidad y credibilidad del estado de derecho, pues cuando se agotan las ideas le siguen los golpes.
Sin una real libertad de expresión se tiende a ejercer una tiranía en el ejercicio del poder. Se adolece de libertad seguridad que ofrezca tranquilidad a la ciudadanía. El periodismo sufre de garantías individuales en un oficio. Lamentablemente el Estado Mexicano es un Estado fallido. Ante ello el libre pensamiento se ve amordazado. A pesar de ello, jamás se detendrán las ideas de gente pensante y analítica que genere propuestas de cambio en la sociedad.
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