viernes, 6 de mayo de 2016

PERDER PARA GANAR DENTRO DEL CAOS MUNDIAL Y LA SEMIÓTICA.

Dr. Leobardo Cornejo Murga .Investigador del PACC y Profesor Investigador de la Universidad de Occidente.
Esta mañana del 6 de mayo del 2016, pensé: Voy a escribir un artículo para la Web de la Universidad llamada Comunicamedia, sobre el Caos Mundial y la Semiótica. Y bueno, este es el mismo.

Hoy por hoy, el mundo anda de cabeza. Parece un Malabarista en el circo. A lo bueno, le llaman malo. A los Homosexuales y Lesbianas les nombran como personas de identidad de género; a los Vagos se les dice Ociosos; a los pillos se les dice: “Eufemísticamente”, amadores de lo ajeno. A los violadores de niños, se les da el nombre de “Pedófilos”. Seguramente, para que pocas personas se den cuenta de sus faltas.

Por otra parte, la Familia se ha convertido en una “Parafernalia” o tal vez deberíamos llamarle Caos Social. Las Lesbianas se pueden casar entre ellas y adoptar niños, al igual que los Homosexuales, Bisexuales y Transexuales (que se cambian de sexo).Al modo gay de los Transvestistas(Hombres que se visten de mujeres para bailar en el Table Dance y mujeres que se disfrazan de hombres, para hacer festejos privados. La Familia tradicional, formada por un Hombre y una Mujer, en el sentido Antropológico, se encuentra en extinción por la serie de malformaciones sociales que la han contaminado como aquellas fiestas de intercambio de parejas que se dan bajo el efecto de las drogas; o cuando ciertos Hombres, dejan la línea de una sola Mujer , para tener una especie de Harem abierto, en donde mantienen, o son mantenidas unas o varias Mujeres. Ya no se procrean en un solo hogar, sino en muchos, donde el Padre brilla por su ausencia, y se pierde la identidad sexual de género, y los principios de formación humana, para ser Hombre. Quizá de allí, vienen esas desviaciones sexuales, que no nos llevan a la procreación; sino a la diversión, perversión, y perdición como seres humanos. Según Freud, y Lacán, piscoanalistas famosos, dicen que tenemos una identidad consensual, y ello nos lleva a imitar pautas y comportamientos de acuerdo a nuestro contexto de formación. Necesitamos reencontarnos como seres humanos realizados, y no como pubertos inmaduros.

Actualmente, las Mujeres rentan sus cuerpos, bueno algunas los prostituyen, pero eso ya es común, por algunos miles de pesos. Los Hombres venden sus espermas a los bancos de congelación de Genomas. Las Mujeres con marido estéril, aprovechan las gangas de esos bancos, que con la facilidad de buscar el sexo secreto del bebe deseado lo inducen. En los años venideros eso será una pesadilla, porque estamos viviendo en “los últimos tiempos”, “el tiempo del no tiempo”, donde le tiempo es incomprensible, porque parece detenerse, o simplemente no existir.

Todo lo anterior, por causa del Internet, el Wi- Fi, el Whats App, Instagram, u otro más nuevo. Y cantidad de aplicaciones que nos hacen “vivir” en la virtualidad(mágica, falsa, real e imaginaria, de otra realidad), y en la inmediatez de lo atemporal en el tiempo real.
Hay un terremoto en Moscú, a las 12 de la noche, y nosotros lo miramos en Youtube, a las 6 de la mañana del día siguiente. O quizás en tiempo real, mediante un celular de aficionado. Un predicador habla del fin del mundo en Hon -Kong y lo vemos por las redes sociales. Donde hay millones de espectadores. Es como dice Edgar Morín, la complejidad en avance hacia el Rizoma, o la superposición de acontecimientos al mismo tiempo y en un mismo espacio. El mundo se ha dislocado, y asemeja a un borracho, que sufre convulsiones y que se golpea a cada instante, con terremotos, guerras, inconformidades, suicidios, marchas, y gran cantidad de hechos en donde se manifiestan unos contra otros, reino contra reino y poder contra poder. Ellos van en detrimento del futuro, aunado al caos ecológico, político, social, natural, cultural.

Un día despertaremos en medio del Armagedón, o en un día después de la ecatombe nuclear. Donde se termina el mañana, sin darnos cuenta. Como los actuales zombies del celular. El hombre del hoy, ha perdido su sensibilidad, el amor por la vida, la generosidad, los valores fundamentales para su existencia plena, su sexualidad enriquecedora, su amor por los animales, el cuidado del medio ambiente, el valor hacia los otros, y el ponerse en lugar del enemigo. No sabe amar, no sabe perdonar, no quiere valorar positivamente. Y de lo espiritual, ni se acuerda. Todo está invertido bizarramente. Estamos cerca del final de una época. El tiempo de lo grandioso del Dios todopoderoso se termina en breve. Y tras de él, viene otro tiempo del imitador, del falso y del mentiroso, disfrazado de bueno y excelente. Son tiempos de pérdida para ganar. Perder el empleo para generar un negocio; perder una religión, para ser libres de cargas innecesarias, y ser libres en lo que creemos. Perder la vergüenza para arrojarnos a luchar con fe por nuestros ideales, Perder nuestra vida mundana, para lograr la vida eterna y tener logros espirituales, que nos permitan ser hombres de la tercera generación de humanos, y no solamente reptilianos emocionales que nos dejamos llevar por las pasiones, las emociones y los deseos de poder, prestigio, y vanidades ilusorias. Perder en lo material, para ganar en lo espiritual, e ir a un cambio sistémico de lo mejor a lo superior.

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