Ana Lourdes Izábal Ochoa
La violencia intrafamiliar es una problemática vivida en el país que ha recibido con los años especial atención. Resulta ser el producto final de un sinfín de elementos propios de la sociedad actual en el cual intervienen los papeles que desempeñan la familia, la cultura, la educación y los aspectos económicos y de clases sociales.
Cuando se reflexiona el tema de la violencia intrafamiliar y sus orígenes se habla de una concatenación de costumbres propias de los senos familiares, así cuando se estudian casos donde las mujeres son agredidas por sus parejas es común encontrar un antecedente de violencia en la vida familiar del agresor o antecedentes donde la mujer agredida no puede separarse de su agresor porque teme no encontrar otra pareja,es pues, una sucesión de costumbres aprendidas casi de una forma conductista donde los individuos son dominados por la propia mente provocando reacciones carentes de razonamiento. Estas condiciones de violencia (que son propias de los senos familiares y en las cuales intervienen las costumbres que los progenitores inculcan a los hijos directa o indirectamente) se pueden desarrollar en ambientes donde no se dan los elementos que son necesarios para el desarrollo integral de los individuos (educación, estabilidad económica, estabilidad emocional) o en ambientes donde a pesar de contar con dichos elementos se recurre a una conducta agresiva como reacción a eventos traumáticos no tratados en el pasado.
Para abordar esta problemática explicaré las dos perspectivas antes mencionadas, la primera en la cual la violencia puede ser entendida como un producto de la descomposición social y la segunda como resultado de las experiencias traumáticas propias del individuo y por último la intervención de los Derechos Humanos como herramienta para resolver las consecuencias que la violencia tiene sobre los individuos.
La violencia como producto de la descomposición social
Cuando hablo de la descomposición social hago referencia a las condiciones a las cuales los individuos deben enfrentarse dentro del seno social y que son parte de la realidad nacional, así tenemos en primer lugar (por ser lo más común) todas las cuestiones relacionadas a la economía de los individuos y las limitaciones que esto les presupone, es decir la clase económica y social a la que pertenecen. En este punto se está hablando de las consecuencias sociales que tiene la pobreza vivida en México y de forma delimitada, en nuestro estado. Entonces se podría entender que la violencia se origina con mayor frecuencia en los ambientes donde es necesaria su aplicación porque es un requerimiento para sobrevivir, la violencia se vive en todas partes, de muchas formas, porque el mismo núcleo social lo demanda. La violencia se da en las calles, en los grupos, en las instituciones educativas y por lo tanto también en las familias.
Cuando hablamos de la violencia y su origen como consecuencia de la descomposición social también compete el análisis del papel que la educación y la cultura juegan. En el contexto que antes mencioné donde los individuos utilizan la violencia recurrentemente como método de sobrevivencia, es poco común que la educación tenga un rol trascendente ya sea porque los programas de educación ofrecidos por el Estado resultan ineficientes e insuficientes o porque no se tiene el capital para recibir educación privada. Cuando la educación se ve desplazada a un segundo o tercer plano en la escala de importancia, también se está desplazando la oportunidad de que los individuos desarrollen los aspectos filosóficos, teóricos y hasta espirituales que les permitan un mayor entendimiento de las condiciones del mundo y de la vida y por lo tanto las alternativas para mejorarlos. En este apartado cabe mencionar las costumbres que los individuos (en su mayoría jóvenes) están adquiriendo en la sociedad sinaloense en la actualidad debido a la falta de importancia que estos le prestan a la educación (y las partes disfuncionales de la educación institucional) y que dejan como consecuencia que la violencia, la brutalidad y la deshumanización aplicados en todos los grupos en los que se desarrollan se vayan aceptando como correctos debido a la repetición y la cotidianidad de los mismos. Aquí intervienen muchísimos otros elementoscomo el poder de los MMC y otras industrias pero en las cuales no profundizaré en esta ocasión.
De manera concluyente, podríamos decir que la violencia intrafamiliar se origina y se alimenta en el núcleo de la clase social media y baja de nuestro país, donde abundan la delincuencia, la falta de comida, la falta de salud física y mental y donde las bases que permiten que los individuos se desarrollen íntegramente y que pueden permitirles reconocerse como seres independientes, capaces y libres simplemente permanecen ausentes.
Otros aspectos a analizar en la cuestión del origen de la violencia intrafamiliar
El estudio del comportamiento del hombre es tan complejo debido al sinfín de elementos que lo integran, así, al hablar en este caso de la problemática de la violencia intrafamiliar no se puede estudiar únicamente los aspectos sociales que lo componen puesto que se trataría de comprender una estructura de manera general sin antes comprender la complejidad de sus partes.
El paradigma vivido en una relación violenta está cimentado en primera instancia en las condiciones psicológicas y mentales de los individuos que la conforman, es decir, que cuando analizamos un caso de violencia intrafamiliar (como el estudiado en el material de apoyo) no solo se debe recurrir al entendimiento de las circunstancias sociales o económicas en la que los sujetos se desarrollaron sino también los orígenes psíquicos que pudieron haber desarrollado dichos comportamientos. Es gran medida un círculo vicioso, porque los individuos pueden verse afectados psicológicamente por las condiciones sociales, económicas y familiares en las que viven y el hecho de seguir sumido en dichas condiciones se puede deber al desequilibrio del desarrollo mental y psicológico de los individuos.
Por ejemplo, imaginemos que un individuo nace en un seno familiar económicamente estable donde se le brindan todos los elementos necesarios para su desarrollo (buena alimentación, educación, salud, etc.) pero que en el transcurso de dicho desarrollo un evento traumático por ejemplo la ausencia de la figura paterna, ocasiona que se desarrolle una conducta agresiva debido a la represión de las emociones. Sería entonces como lo sostenía Sigmund Freud en sus estudios de la histeria donde la represión de recuerdos de eventos traumáticos provocaba en los individuos conductas que de manera consciente no podía comprender y que por lo tanto no podía encontrar una solución porque se desconocía el origen (aunque debo aclarar que la histeria estaba relacionada a las represiones sexuales vividas en la primera etapa de la infancia y cuyas reacciones eran tanto físicas como mentales, por lo tanto podríamos comprender que una mujer que no pude dejar a un hombre que la golpea puede padecer histeria debido a la búsqueda de concluir la relación que sostuvo con su padre a temprana edad y que se vio interrumpida). ¿Será así mismo que las medidas de prevención de violencia intrafamiliar no resultan efectivas porque se está prestando suma importancia a las condiciones externas, a los resultados, a la parte funcionalista y no al análisis y comprensión de lo que los individuos somos por esencia?
Intervención de los Derechos Humanos en los casos de violencia intrafamiliar
En base a los derechos que por naturaleza se brinda a los individuos y que se establecen en la declaración de Derechos Humanos, en los casos de violencia intrafamiliar se viola su derecho a su seguridad como persona (Art. inhumanos (Art. 4). En ocasiones, los individuos consideran que tales derechos solo se ven ultrajados en circunstancias donde sujetos ajenos a su vida personal intervienen y no consideran que sus parejas, familiares o conocidos estén violando dichos derechos por el hecho de la relación emocional y de parentesco que sostienen. Es por ello que a diferencia de otros casos donde los Derechos Humanos se ven violados en circunstancias donde los individuos no mantienen relaciones emocionales con aquellos que los violentan, la dificultad para tomar medidas sobre el asunto resulta menor.
En conclusión es de suma importancia que las medidas que se toman por parte de las diferentes instituciones que tratan el problema de la violencia intrafamiliar sean de carácter integral y complejo. No se puede pretender que dicha problemática se va a resolver desde su fase final y no desde el núcleo que es todo lo que en este trabajo se menciona. Así mismo, los individuos necesitan conocer y comprender sus derechos como seres humanos y la asesoría necesaria para ejecutar dichos procedimientos de manera eficiente.
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