martes, 31 de mayo de 2011

SIN SIGNOS TANATÓNICOS

Por Leobardo Cornejo

                          Si partimos de un principio de Derecho, para decir lo que se puede oír y lo que resulta vano, es muy importante no caer en la extrema dura dictatorial del siglo XIX. ¿Por qué? Por el simple hecho de la dictaminación legal para tratar de controlar un hecho social. Recordemos que tales cosas y sus hechos, dependen de …¡Cómo las veamos! Esto, para los espantados de objetividad. Porque no existen los hechos solos ni aislados. Todos somos uno, y uno somos todos.

                        Para un lector despistado una censura, digamos(en un país que se jacta de libertad de expresión) de narcocorridos , ni le va ni le viene. Le da lo mismo. Vive a su manera muy personal. Porque no es parte del corrido. A un académico, le preocupa estos actos atentatorios por los derechos civiles y humanos a que tenemos derecho todos los ciudadanos de la república mexicana. A un traficante, le duele porque ya no podrá oír su música con libertad y a todo volumen, con la cuál creció. Dejará de ser protagonista, para ser uno más del montón. A un pasajero del transporte público, le parece genial esa medida, ya que ahora habrá diversidad de música para escuchar. Pero, ¿Cuál es el quid de esta cuestión? ¿Enferman la mente de quien escucha los narcocorridos, si solamente es música chatarra? ¿Son prejuicios sociales contra tal tipo de música? ¿Qué investigación científica comprobó tal hecho de que esa música te hace un traficante en potencia? ¿Es parte de la guerra contra lo ilegal? ¿Es un chantaje para decir quien manda? ¿Son parte de las nuevas estrategias gubernamentales, para desintoxicar a la población y darle cosas más adecuadas de cultura? Hay muchas preguntas, y pocas respuestas a ellas.

                   De hecho la cultura de la muerte, de la que México es parte desde los Aztecas, Mayas y demás tribus, dieron grandes desafíos hacia el espíritu del Tanatos y no del Eros. El espíritu de muerte, destrucción, engaño, robo, genocidio, y otros. El espíritu de vida, amor paz, bondad, confraternidad, plenitud. Se contrapusieron y lo siguen haciendo. La medida radical, debe ser aplaudida, claro no va a terminar con el mal, pero ha dado un gran paso hacia la creación de la cultura de la vida. Es un paso significativo el de Sinaloa, pero atención para los siguientes pasos: haga el favor de pensar muy bien cada medida, para no caer nuevamente en discusiones efímeras, que a nada nos llevan. 

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